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CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE UNA FUENTE DE PROTEINA DE ORIGEN ANIMAL EN LA FORMULACION DE UNA DIETA BALANCEADA PARA MAXIMIZAR PRODUCTIVIDAD Y RENTABILIDAD AVICOLA

Elias Salvador Tasayco, PhD
Profesor investigador REGINA-CONCYTEC
Jefe del Laboratorio de Nutrición R & D – FMVZ – UNICA
Consultor en Nutrición Avícola – PRONUTRI

Introducción

En la industria avícola, la alimentación de las aves juega un rol importante en la producción sostenida de carne de pollo y huevos de gallinas ponedoras para consumo humano, además tiene un gran impacto sobre el costo de producción. El alimento debe ser diseñado técnicamente, tomando en cuenta los principios de la formulación de una dieta balanceada. En este proceso se da prioridad a cuantificar y definir los aportes de nutrientes y energía a través de la gestión de la densidad nutricional de la dieta. Sin embargo, también se deberá optimizar la combinación de ingredientes alimenticios selectos, para el aporte de energía y nutrientes en las cantidades y relación correcta. En términos de eficiencia técnica y económica, como base de productividad y rentabilidad, la dieta debe ser formulada considerando algunos criterios, en base a las evidencias, respecto a la selección y niveles de uso de los ingredientes alimenticios respectivos, para una máxima respuesta productiva y económica, es decir debe ser formulada científicamente. En este contexto, este articulo trata de fundamentar y explicar de manera puntual los criterios y beneficios de incluir una fuente de proteína animal como ingrediente clave en las dietas balanceadas, como complementación a la fuente vegetal, lo que permite una respuesta eficaz y efectiva. Desde el punto de vista de la nutrición proteica, una dieta balanceada bien formulada debe hacerse con los perfiles de aminoácidos correctos, relación de los aminoácidos esenciales a no esenciales adecuados y máxima biodisponibilidad y digestibilidad ileal, para lo cual se debe reevaluar y seleccionar los ingredientes y combinaciones que van en esa dirección.

La evaluación y selección de una fuente de proteína animal como ingrediente en la dieta balanceada debe demostrar en primer lugar su seguridad desde el punto de vista de inocuidad para el bienestar animal y calidad de la carne de pollo y huevo, luego un efecto favorable sobre la respuesta animal y una máxima eficiencia económica basado en un alto índice de la tasa de retorno de lo invertido, lo que cumplirá con las exigencias a nivel de campo, relacionado a eficiencia, eficacia y efectividad.

Antecedentes

En el proceso de formulación de la dieta balanceada, para la evaluación y selección de un ingrediente alimenticio hay una regla clásica referencial, que considera aspectos de calidad y valor nutricional, disponibilidad y precio del ingrediente. Es común, la dependencia del uso de ingredientes tradicionales más baratos. Las fuentes de proteína, generalmente son ingredientes costosos. Desde el punto de vista nutricional y económico, el uso adecuado de fuentes de proteínas es esencial en todos los sistemas de alimentación, y el uso innecesario aumenta el costo de producción (Beski et al., 2015). Al evaluar, para seleccionar una fuente de proteína animal, se debe considerar los aportes y digestibilidad de aminoácidos esenciales limitantes antes que el nivel de proteína per se, ya que el requerimiento real de las aves son los aminoácidos.

Por otro lado, en vista de su alta velocidad de crecimiento de los pollos de engorde, así como persistencia y longevidad de postura (90-100 semanas de edad) en las gallinas de postura, demandan unos mayores requerimientos de energía, aminoácidos, vitaminas y otros nutrientes, así como una mejor calidad de los ingredientes. En la formulación de la dieta de pollos de engorde, es necesario elegir ingredientes para maximizar la disponibilidad de nutrientes, en lugar de simplemente alcanzar los niveles de energía o aminoácidos (Ravindran, 2005).

La proteína para dietas animales proviene principalmente de dos fuentes diferentes: proteína animal y vegetal. Las proteínas vegetales como la harina de soya (SBM) se usan ampliamente en todo el mundo como fuentes de proteínas de buena calidad para las dietas de los animales. Aunque ampliamente utilizado, la SBM es limitante en metionina. Las proteínas de origen animal suelen ser altamente digeribles y tienen un perfil nutricional que coincide estrechamente con las necesidades de aminoácidos esenciales de las aves y cerdos en crecimiento. La proteína animal se puede obtener de muchas fuentes diferentes (Eagleson, 2014). Debido a su deficiencia en algunos aminoácidos, las proteínas vegetales generalmente requieren una fuente suplementaria de aminoácidos u otras fuentes de proteínas como la proteína animal. Las proteínas vegetales son generalmente más baratas que las proteínas animales; sin embargo, existe una limitación en su uso debido a su contenido de factores antinutricionales (FAN) (Beski et al., 2015). Un estudio de Ojewola et al. (2005), encontraron que la ausencia de proteína animal en la dieta pudo haber causado la depresión obtenida en las aves alimentadas con la dieta sin esta fuente, ya que obtuvo significativamente, el más bajo peso vivo. Es una confirmación del hecho de que la inclusión de proteínas animales en la ración de pollos de engorde es un requisito necesario. Estos investigadores consideran que la calidad nutritiva de las raciones a base de harina de soya mejoró mediante la inclusión de varias fuentes de proteínas animales en la ración de pollos de engorde y que es necesario complementar las raciones a base de cereales con una proteína animal de alta calidad.

Se cree que la alimentación de fuentes de proteínas con cantidades similares de aminoácidos esenciales, pero con cantidades variables de proteínas (PC) no digeribles, puede tener un impacto diferente en los pollos de engorde. La baja digestibilidad de las proteínas en una dieta significa que hay menos aminoácidos disponibles para el crecimiento y cantidades potencialmente mayores de PC no digerible podrían ingresar al intestino posterior, lo que lleva a la fermentación proteolítica (Qaisrani et al., 2020). Se debe prestar mucha atención a la calidad de los diferentes ingredientes alimenticios que se incluyen en las dietas de las aves de corral. Por ejemplo, alimentar con una dieta altamente digestible tiene una ventaja sobre las dietas que contienen componentes indigestos relativamente más altos, como los polisacáridos no amiláceos (PNAs) o almidón resistente. Cuanto mayor sea la cantidad de la porción no digerida de las dietas que llega al intestino posterior, mayor es la probabilidad de que promueva el crecimiento de la microbiota que puede ser potencialmente perjudicial para la integridad del tracto gastro intestinal (TGI) del ave (Adedokun and Olojede, 2019). Algunas proteínas de la dieta no se digieren bien en el intestino delgado y, en consecuencia, la proteína de la dieta no digerida ingresa, junto con las proteínas endógenas no digeridas, en el ciego y el colon (Qaisrani et al., 2020). Las proteínas, péptidos y aminoácidos que evitan el íleon, son un sustrato potencial para la fermentación por microbiota en el ciego. Estas sustancias proteicas no digeridas pueden estimular el crecimiento de la microbiota que utiliza N (Reid y Hillman 1999), lo que aumenta los niveles de compuestos tóxicos, como aminas biogénicas, fenoles y cresoles (Apajalahti y Vienola 2016). Estos compuestos tóxicos pueden ser perjudiciales para el rendimiento de las aves y la salud intestinal (Thomke y Elwinger 1998).

La búsqueda de fuentes alternativas de proteínas presenta un gran desafío también en la producción avícola. El uso de fuentes alternativas de proteínas para la nutrición del ganado a su vez debe garantizar, por un lado, un buen rendimiento, pero por otro lado, los problemas de salud animal y la seguridad alimentaria no deben verse afectados negativamente (Visscher et al., 2017). Los subproductos animales (harina de carne, harina de carne y huesos, harina de pescado) son las proteínas animales más utilizadas en las dietas de aves de corral y se consideran excelentes fuentes de proteínas para los pollos (Parsons et al., 1997; Giang et al., 2001). A pesar de ser fuentes satisfactorias de proteínas de calidad, existne muchas limitaciones para el uso extensivo de subproductos animales en la formulación de dietas para aves de corral, la clave es el riesgo de enfermedades zoonóticas. Además, una evaluación crítica del costo de las formulaciones de alimentos para aves, muestra que la proteína de origen animal es más costosa que las fuentes de proteína vegetal (VP) (Oluyemi y Roberts, 2000). Sin embargo, las fuentes vegetales contienen numerosos FAN, son de menor calidad proteica, tienen una digestibilidad más baja y un valor biológico más bajo que las fuentes de proteínas animales (Liener, 1980; Tacon, 1992). Las dietas formuladas con proteínas vegetales posiblemente sean nutricionalmente inferiores a las dietas con proteínas animales (PA), y los pollos de engorde alimentados únicamente con proteínas vegetales responderán negativamente. Un estudio muestra que los pollos de engorde alimentados con dietas con fuente de PA tuvieron un rendimiento comparativamente mejor, en términos de ingesta de alimento, aumento de peso vivo y tasa de conversión alimenticia que aquellos alimentados con dietas con fuente de PV. Esto puede deberse a una mayor digestibilidad ileal de proteínas y un mejor desarrollo óseo en las primeras dietas que en la última. (Hossain et al., 2013)

La calidad de los alimentos tiene un papel importante en el mantenimiento de la producción y rentabilidad del pollo. Se explotarán numerosas fuentes de proteínas potencialmente valiosas para la nutrición animal si se procesan adecuadamente. Dadas las mejoras sustanciales realizadas en la comprensión de la asimilación de nutrientes intestinales, un objetivo complementario en nutrición podría ser formular dietas para aves con la consideración de la optimización del crecimiento, la función y la salud del intestino como una prioridad (Beski et al., 2015).

CRITERIOS A CONSIDERAR PARA EL USO DE INGREDIENTES DE FUENTE ANIMAL

Inocuidad de la fuente de proteína animal

Un primer criterio, por decir el más importante es que se debe asegurar que las fuentes de proteína animal a ser utilizadas, es su inocuidad, que deben ser exentas de contaminantes físico, químicos y microbiológicos o residuos por debajo de los límites permisibles en la alimentación animal, que pudieran afectar la respuesta animal, calidad del producto terminado y salud del consumidor. El procesamiento de producción debe asegurar el mantenimiento y conservación de su contenido nutricional. Un contenido nutricional aceptable que aporte con aminoácidos esenciales limitantes es prioridad. La utilidad de un ingrediente alimenticio proteico para aves depende de su capacidad para suministrar una canti dad suficiente de los aminoácidos esenciales (AAE) que requiere el ave, así como de la digestibilidad de la proteína y el nivel de sustancias tóxicas asociadas con él (Scanes et al., 2004).

Las proteínas animales están bien balanceadas en términos de AAE que son necesarias para el crecimiento y desarrollo corporal, pero son caras para la producción comercial de pollos de engorde. Por lo tanto, generalmente se usan para complementar el balance de aminoácidos en las dietas en lugar de principal fuente de proteínas. También se tiene en cuenta la preocupación asociada con la transmisión de enfermedades a partir de productos de origen animal. En general, la calidad de las fuentes de proteínas animales depende de la composición de la materia prima utilizada (Beski et al., 2015).

Complementariedad de fuentes de proteína: animal y vegeta

Hay muchas fuentes de proteínas que se usan comúnmente en las dietas avícolas. Algunas fuentes son de origen vegetal (por ejemplo, harina de soya, harina de semilla de algodón, harina de alfalfa y harina de girasol), y otras son de origen animal (por ejemplo, harina de pescado y productos de carne y aves de corral). Estos alimentos no solo proporcionan proteínas, sino que también sirven como buenas fuentes de minerales como el fosforo disponible, vitaminas, niveles moderados de energía y otros factoresnutricionales. Sin embargo, cada uno de estos alimentos proteicos debe usarse solo en una cantidad específica en la dieta y, por lo tanto, debe mezclarse con otras fuentes de proteínas. Esto ayudará a lograr la concentración de proteína objetivo con un mejor perfil de aminoácidos, y también aliviará gran parte de los problemas de producción y salud que pueden surgir del uso de una sola fuente de proteína por encima del nivel recomendado (Salah Esmail, 2016).

Para mejorar el rendimiento, también ha habido cierto interés en sustituir parte de la SBM en dietas para aves con productos animales. La suplementación de fuentes de proteínas animales puede mejorar considerablemente los parámetros de rendimiento con respecto a las dietas estándar. Sin embargo, esto puede deberse a la alta concentración de AAE o puede deberse al menor porcentaje de carbohidratos no digeribles presentes en SBM (Firman y Robbins, 2004). Es necesario incluir una o más de estas fuentes de proteínas animales en las dietas de pollo. Los subproductos se han utilizado para alimentar animales no rumiantes (Moritz y Latshaw, 2001).

Dieta, microbiota, salud intestinal y productividad

La dieta debe ser diseñada de acuerdo a la fisiología de transición, al desarrollo de órganos y salud intestinal del pollito. Los antepasados del pollo eran omnívoros y comían nueces, insectos y material fibroso (Klasing, 2005). El restablecimiento de los roles ancestrales del intestino anterior del almacenamiento de alimento (buche) y la molienda del alimento (molleja) puede ser la clave para mejorar naturalmente la salud intestinal de las aves de corral y evitar el exceso de suplementación de las dietas (Rodrigues and Choct, 2018).

Factores tales como la composición de la dieta, la densidad de nutrientes, las características físicas de la dieta, los ingredientes y el método de procesamiento de la dieta (técnicas de procesamiento de alimentos) y el tipo de aditivos alimentarios juegan un papel importante en la dinámica de la microbiota del TGI (Adedokun and Olojede, 2019). La microbiota intestinal es un sistema complejo y dinámico. La microbiota y la inmunidad son factores clave para la productividad. Creciente evidencia demuestra la importancia de la microbiota en el mantenimiento de la homeostasis intestinal y las herramientas disponibles para modularla con un impacto en la productividad (Díaz et al, 2019).

Cuando los polluelos salen del cascarón, tienen un intestino inmaduro y la producción de ácidos en el proventrículo y la molleja se reduce en los primeros siete a catorce días (Robertson, 2019). Factores que afectan los niveles de pH en el TGI: edad, el pH de la dieta o el agua potable, los alimentos, la fórmula de las dietas y nivel de proteínas o grasas en las dietas (Bunchasak et al., 2016). Los ingredientes del alimento tienen diferente capacidad de unión al ácido (amortiguación) que puede afectar el pH del buche con ingredientes minerales que tienen la capacidad más alta, seguidos de ingredientes proteicos y luego fuentes de energía (Lawlor et al., 2005). La barrera ácida formada por el buche y la molleja, reduce el paso de bacterias, incluido Clostridium spp y géneros zoonóticos: Salmonella y Campylobacter spp. al intestino distal (Sekelja et al., 2012). El buche representa la primera defensa importante contra los patógenos avícolas y los organismos zoonóticos con función inmune adaptativa e innata bien establecida, y una microbiota dominada por lactobacilos capaz de reducir el paso de estos organismos a lo largo del tracto digestivo (Classen et al., 2016). De aquí la importancia que para mejorar la efectividad de una dieta balanceada complementaria debemos aplicar un paquete tecnológico de mejorar calidad de agua y acidificación de la dieta.

El buche es un órgano de siembra para el TGI inferior, lo que implica que una modulación de la composición de la población de Lactobacillus en el TGI superior puede ser una herramienta útil para lograr una población de Lactobacillus deseada en el intestino inferior, especialmente el íleon y mantener la salud intestinal (Ranjitkar et al., 2016). Influencia directa de la composición de Lactobacillus del TGI superior (buche y molleja) en la sucesión de especies de Lactobacillus en el íleon y ciego (Tannock, 2004).

En términos de calidad de los diferentes ingredientes del alimento, se ha informado que las fuentes de proteínas animales, como la harina de carne y huesos, tienen el potencial de mejorar la proliferación de bacterias como Clostridium perfringens, como resultado de su alto nivel de colágeno y contenidos de elastina que son resistentes a las enzimas digestivas secretadas endógenamente en cerdos y aves de corral (Hegedus et al., 1989; Ravindran et al., 2002; García and Phillips, 2009).

Definir un nivel mínimo de proteína en la dieta es necesario, el exceso tiene implicancias muy perjudiciales, lo importante es cumplir con los requerimientos de aminoácidos en términos de digestibilidad. El aumento en el nivel de proteína de la dieta puede ser un factor que contribuye a algunas enfermedades como la enteritis necrótica en los pollos de engorde, que generalmente ocurren de 2 a 6 semanas después de la eclosión. Esto se debe al crecimiento excesivo de C. perfringens en el intestino delgado, que aumenta de un nivel normal de 104 UFC a 107 o 109 UFC por gramo de digesta y causa enfermedad clínica. Con el aumento del nivel de proteína en la dieta, también habrá una mayor actividad de la enzima tripsina en el intestino delgado. Esto, a su vez, conducirá a una liberación más rápida de coccidios de sus ovocitos, que eventualmente se volverán tan activos que responderán menos a la vacunación. En los casos en que es probable que prevalezcan tales agentes bacterianos y protozoarios, puede ser beneficioso, entre otras medi das, reducir el suministro de proteí nas y mantenerlo por debajo del rango recomendado para aliviar el efecto de estos patógenos en las aves (Salah Esmail, 2016).

Mejorar la salud intestinal y la eficiencia del sistema inmune de los animales afecta el rendimiento general y la salud. La identificación de ingredientes funcionales que pueden afectar la salud intestinal y mejorar el rendimiento animal podría usarse como alternativas para ayudar a reducir la dependencia de antibióticos subterapéuticos en la alimentación animal y/o para avanzar en las estrategias nutricionales actuales (Campbell et al., 2019).

Digestibilidad de las fuentes de proteína vegetal y anima

En la elección de un ingrediente, desde las diversas fuentes de proteína animal, antes que el nivel de proteína cruda que posee, es más importante considerar su contenido de aminoácidos esenciales limitantes, biodisponibilidad y digestibilidad. Los suplementos proteicos de origen animal se obtienen de operaciones de procesamiento, envasado de carne, procesamiento de aves y aves de corral, procesamiento de leche y lácteos, y procesamiento de pescado y pescado (Denton et al., 2005). Estos subproductos se caracterizan por su alto contenido de proteínas y energía de buena calidad, perfil de AAE razonable y la ausencia de fibra cruda y otros FAN en su composición (Konwar y Barman, 2005).

La digestibilidad de los AAE depende de diferentes factores, entre los que se encuentra la composición de los ingredientes, especialmente de su contenido y tipo de carbohidratos. Es probable que las mejoras en la energía metabolizable aparente corregida por ni trógeno (AMEn) para pollos de engorde alimentados con dietas basadas en SBM de diferentes fuentes se atribuyan a diferencias en la composición de carbohidratos. Por lo general, la SBM tiene aproximadamente 10% de azúcares libres (Choct et al., 2010), 6% de PNA soluble, 18–21% de PNA insoluble y menos del 1% de almidón (Bach Knudsen, 1997). Los estudios han demostrado que el valor nutritivo de la SBM también depende de la presencia de carbohidratos no digeribles, en particular, la cantidad de oligosacáridos (rafinosa y estaquiosa), porque las enzimas endógenas pueden tener un acceso limitado a los nutrientes unidos en las paredes celulares, lo que limita la utilización de energía y la digestibilidad de nutrientes. (Slominski y Campbell, 1990, Castell et al., 1996, Kocher et al., 2003). Los oligosacáridos en la SBM pueden afectar la utilización de energía también a través de la pérdida de agua en la luz intestinal debido a su naturaleza hidrofílica y aumentar la colonización de microbios en el TGI, lo que lleva a un aumento de la producción de excretas (Kocher et al., 2003). En esta línea, por ejemplo, Campylobacter requiere aminoácidos como fuente de carbono y sustrato para crecer (Guccione et al., 2008). Debido a ciertas vías metabólicas, Campylobacter utiliza especialmente los aminoácidos no esenciales serina, aspartato, glutamato y prolina (Guccione et al., 2008). Estos pueden encontrarse en el huésped o en el ambiente del huésped en cantidades suficientes (Hugdahl et al., 1988), provenientes de proteínas dietéticas no digeridas o pérdidas endógenas de aminoácidos del animal. De acuerdo con Lemme et al. (2004), además de un origen endógeno, las pérdidas de aminoácidos están relacionadas con la naturaleza de los ingredientes de la dieta. La influencia de la fuente de proteína (vegetal versus animal) en la colonización de Campylobacter se describe como alta (Udayamputhoor et al., 2003), el alimento a base de proteínas vegetales que causa una reducción significativa en la colonización cecal de Campylobacter jejuni en pollos de engorde (Visscher et al., 2017). Un mayor contenido de fibra cruda y ácido fítico también reduce la digestibilidad de la proteína (Refstie et al., 1999), lo que aumenta la disponibilidad potencial de sustrato para el crecimiento de Campylobacter (Visscher et al., 2017). .

Las fuentes de proteínas vegetales (vegetales) no están balanceadas nutricionalmente y son pobres en ciertos AAE y esto disminuye su valor biológico, ya que pueden no proporcionar los aminoácidos limitantes necesarios que necesitan las aves para la producción de huevos y carne (Beski et al., 2015).

Muchos estudios reportan la superioridad de la digestibilidad de nutrientes en las fuentes de proteína animal, sin embargo, hay algunas diferencias de esta característica entre ingredientes tanto dentro de la fuente vegetal como animal. Stefanello et al. (2016) reporta un estudio donde obtiene valores entre 0.829 y 0.849 de coeficiente de digestibilidad ileal de la proteína cruda de muestras de harina SBM de dos orígenes. Un estudio de Bryan et al. (2019), reporta valores de digestibilidad in vivo de varias fuentes de proteínas de origen vegetal y animal. La digestibilidad ileal aparente fue de 81 y 83% para metionina y lisina en la harina de pescado y de 79 y 80% para harina de soya respectivamente. Lo que indica una mejor digestibilidad de estos aminoácidos esenciales limitantes en la fuente de proteína animal. Angel (2014) reporta que la SBM contiene proteínas resistentes a la digestión como la glicinina. En una dieta de aves de corral con 18% de proteínas que contiene 20% de SBM (48% de proteínas), se obtendría una reducción de 2.5 a 3% en la digestibilidad de las proteínas.

Los nutricionistas avícolas han prestado más atención al uso de fuentes de proteínas animales para crear una dieta balanceada (Akhter et al., 2008).

Factores antinutricionales (FAN) de la soya

Actualmente, la principal fuente de aminoácidos que se está utilizando en las dietas avícolas es la torta de soya. La soya contiene diferentes factores antinutricionales que afectan a las aves. La soya posee una cierta cantidad de factores antinutricionales, como la aglutinina de soya, los inhibidores de la proteasa de soya, las proteínas alergénicas de soya, etc. (Wang et al., 2014), de igual o mayor efecto son los PNAs. Es bien conocido que un buen tratamiento con calor reduce grandemente los factores antinutricionales propios de la soya, lo contrario y con efectos muy perjudiciales es que dicho procesamiento no sea adecuado. Sin embargo, una soya bien procesada por métodos convencionales, aún mantiene niveles de PNAs de importancia, que según estudios y dependiendo de varios factores estos niveles encontrados pueden ser mayores a 20%. Por lo tanto, una primera recomendación es optimizar el nivel de inclusión de torta de soya convencional en la dieta que no afecte negativamente la respuesta animal.

La harina de soya desgrasada es una fuente global de proteína vegetal para alimentos de animales; sin embargo, su uso está limitado por la presencia de varios FAN, incluidos los carbohidratos, como los derivados de a-galactosilo de sacarosa (GOS) y los PNAs (Choct et al., 2010; Francis et al., 2001; Karr-Lilienthal et al., 2005). Los principales GOS de harina de soya son estaquiosa y rafinosa, con concentraciones que varían del 2 al 5% p/p y del 0,5 al 2% p/p de la materia seca (MS), respectivamente (Choct et al., 2010; KarrLilienthal et al., 2005). Las concentraciones totales de PNAs de la harina de soya son aproximadamente el 15-20% de la MS, y estos PNAs se clasifican tradicionalmente como celulosa, hemicelulosa (s) y pectina (s) (Karr-Lilienthal et al., 2005; Huisman et al., 1998; Knudsen, 1997). En las aves de corral, los PNAs alteran la digestibilidad de los nutrientes. Las porciones solubles de los PNAs crean condiciones viscosas en el intestino delgado, perturbando así la actividad de las enzimas digestivas que están presentes. Además, los GOS deprime los pesos corporales, las ganancias diarias promedio y las relaciones alimentación: ganancia (Choct et al., 2010; KarrLilienthal et al., 2005).

Los cereales (maíz, trigo, sorgo, etc.) y las legumbres (harina de soya y harina de canola) constituyen más del 80% de las dietas que se dan a las aves de corral, todas las cuales contienen PNAs. Dependiendo de la composición de la dieta y el nivel de inclusión, las aves de corral, en general, carecen de la capacidad de descomponer eficazmente los PNAs en el intestino medio debido a la escasez o la ausencia de enzimas endógenas específicas del sustrato capaces de descomponer los PNAs, por lo tanto, exhiben una disminución de la digestión y absorción de nutrientes. Se estima que los pollos de engorde no digieren entre 400 y 450 kcal de energía digestible por Kg de alimento debido al contenido de PNAs presente en las dietas de maíz y harina de soya (Cowieson, 2010). Los altos niveles de PNAs en estas dietas también pueden predisponer a los pollos a enteritis necrótica, una enfermedad que se ha vuelto frecuente con la eliminación de APC (Adedokun and Olojode, 2019).

La aglutinina de soya puede conducir a una mala utilización de los alimentos y un crecimiento deteriorado (Lotan et al., 1974). Se ha demostrado que más de 19 péptidos de soya son alergénicos, incluidas todas las subunidades de glicinina y conglicinina (Taliercio and Loveless, 2019). La glicinina y la β-conglicinina son las dos principales globulinas en la soya que representan aproximadamente el 70-80% de la fracción total de globulina de semillas (Krishnan et al., 2009). Según Liu et al. (2007), las proteínas de almacenamiento de semillas de soya, la glicinina y la conglicinina, representan el 40-60% del contenido de proteína de la harina de soya. La glicinina es la proteína predominante de almacenamiento de semillas de soya que representa más del 50% en la mayoría de las variedades (Staswick et al., 1981). La β-conglicinina, una glucoproteína con 180 kDa, contiene 5% de restos de carbohidratos, lo que puede estar relacionado con su inmunoreactividad (Amigo-Benavent et al., 2009). Cuando los animales jóvenes se alimentan con dietas que contienen proteína de soya, una pequeña porción de proteínas no digeridas ingresa a la linfa y la sangre a través de espacios entre las células epiteliales intestinales. Estas macromoléculas tienen una actividad antigénica considerable y estimulan el sistema inmunitario dando como resultado reacciones específicas de antígeno-anticuerpo y hipersensibilidad retardada mediada por células linfoides T. Las proteínas alergénicas de la harina de soya pueden causar reacciones alérgicas en los animales (Li et al., 1990; Lalles et al., 1996; Sun et al., 2008). El hecho de que los animales pueden tener una respuesta alérgica a las proteínas de almacenamiento de semillas de soya está bien establecido (Helm, 2002).

Se han utilizado diversos productos procesados de soya en la alimentación de animales y aves. Estos incluyen concentrados de proteína de soya (SPC), aislados de proteína de soya (SPI) y productos en los que la soya se pre-trató con enzimas y/o microorganismos (Beski et al., 2015). Los productos de soya procesados son claramente diferentes a las harinas de soya (SBM), por lo que tienen actividades antinutricionales (FAN) mucho más bajas y contienen una cantidad significativamente menor de oligosacáridos y sustancias antigénicas. Por lo tanto, su valor nutritivo es mucho mejor que el de SBM y puede incorporarse a altos niveles en las dietas de animales (Peisker, 2001). Se cree que el reemplazo de SBM con estos productos procesados en las dietas de animales tiene un mejor rendimiento de crecimiento porque la SBM puede contener suficientes FAN para ejercer sus efectos antinutricionales (Saki et al., 2012). Philpotts y Norton (2003) sugirieron que puede haber algunos beneficios posibles de alimentar con SPC o SPI durante las primeras tres semanas después de la eclosión y que la soya procesada incorrectamente no se debe alimentar a los pollitos jóvenes.

Altos nivele de PNAs en la dieta, da mayor viscosidad de la digesta, ocasionando una excreta "pegajosa" adherida a las almohadillas de las patas de las aves (Youssef et al., 2011). Además, se conoce a la torta de soya por su alto contenido de potasio (> 20 g/Kg de MS), lo que conduce a un aumento en la ingesta de agua y la humedad de las excretas (Youssef et al., 2011).

Péptidos bioactivos en las fuentes de proteína animal

Los hidrolizados de proteínas vegetales y animales proporcionan péptidos altamente digestibles y péptidos bioactivos, así como AA específicos (por ejemplo, glutamato) para conferir funciones nutricionales y fisiológicas o reguladoras en animales. Los péptidos que confieren funciones biológicas más allá de su valor nutricional se denominan péptidos bioactivos. Además de su valor nutricional para suministrar AA, los péptidos bioactivos (generalmente de 2 a 20 residuos de AA de longitud) tienen funciones antimicrobianas, antioxidantes, antihipertensivas e inmunomoduladoras. Estos péptidos ejercen efectos beneficiosos para mejorar la morfología intestinal, la función y la resistencia a las enfermedades infecciosas en animales (incluidos cerdos, terneros, gallinas, animales de compañía y peces), mejorando así su salud y bienestar, así como el rendimiento de crecimiento y la eficiencia alimenticia. Esto proporciona un enfoque rentable para convertir subproductos animales, subproductos de la cervecería o piensos vegetales en ingredientes de hidrolizado de proteínas de alta calidad para alimentar ganado, aves, peces y animales de compañía (Hou et al., 2017).

Nucleótidos en las fuentes de proteína animal

Los nucleótidos son sustancias de importancia en la nutrición animal, son considerados incluso como nutrientes semi-esenciales, se encuentran en las fuentes de proteína animal. Los nucleótidos están presentes de forma natural en los ingredientes alimenticios de la dieta con una gran cantidad (como proteína animal soluble, harina de pescado y subproductos de pescado, legumbres, extractos de levadura) (Deveresse, 2000; Ingledew, 1999). Mientras que, existen en niveles bajos en harina de soya y maíz, aceite, semillas oleaginosas (Deveresse, 2000). Una de las alternativas naturales es complementar la dieta de los animales jóvenes con sustancias bioactivas como los nucleótidos (Sauer, Bauer y Mosenthin, 2009). Los nucleótidos son el bloque de construcción de proteínas y ácidos nucleicos de baja masa molecular relativa y se consideran "nutrientes semi-esenciales" (Carver, 2007; Yu, 1998). Desempeñan un papel crítico en la síntesis de proteínas (Yamauchi et al., 1998), mitosis celular (Carver y Walker, 1995), metabolismo de los lípidos (Gil, Corral, Martinez y Molina, 1986), hematopoyesis (Yamamoto, Wang, Adjei y Ameho, 1997), inmunidad (Hung, 2015) y salud intestinal (Martinez-Puig et al., 2007; Sauer et al., 2012a).

Nivel de inclusión de torta de soya en las dietas avícolas

Dada las características de la soya, según Salah Esmail (2016) recomienda un nivel de hasta 25% en las dietas de pollos de engorde en la fase inicial y un 20% en la alimentación del finalizador. En gallinas de postura un nivel entre 12-15%. Un exceso de niveles de harina de soya pueden causar problemas de apelmazado (pegado) en los cuales la excreta se adhiere a la cloaca. Esto puede conducir a disfunción renal debido a la retención de los uratos que interfiere con el paso de los excrementos. Bajo condiciones prácticas se observa dietas con niveles de torta de soya por encima de 30% de inclusión, lo que es necesario reevaluar y optimizar.

CONCLUSIONES E IMPLICANCIAS

  1. La elección de una fuente de proteína de origen animal a utilizar como ingrediente en la formulación de dietas balanceadas para aves, debe garantizar que ha sido obtenido bajo un procesamiento tecnificado adecuado y muy bien controlado, que asegure biodisponibilidad de sus nutrientes, sin alterar o afectar su valor nutricional, asegurar su inocuidad y otras características importantes de calidad.
  2. La inclusión de una fuente de proteína de origen animal de buena calidad en una dieta balanceada, bajo el principio de complementación nutricional vegetal-animal, contribuye a potencializar los aportes nutricionales y biodisponibilidad, especialmente de aminoácidos de la dieta.
  3. Los nutrientes en general, especialmente los aminoácidos, de una fuente de proteína de origen animal de buena calidad, se caracterizan por una más alta digestibilidad lo que mejora la valoración nutricional y efectividad de la dieta balanceada.
  4. La inclusión de una fuente de proteína de origen animal de buena calidad con buen perfil de AAE limitantes en una dieta balanceada, permite gestionar con mayor eficiencia la reducción de excesos de sustratos nitrogenados y otros componentes indigestibles, evitando un desbalance de la microbiota intestinal y mejorando la salud intestinal.
  5. Las fuentes de proteína de origen animal de buena calidad contienen péptidos y nucleótidos con función bioactiva para mejorar inmunidad, salud intestinal y respuesta productiva..
  6. La inclusión de una fuente de proteína de origen animal de calidad en la dieta reduce los niveles de factores antinutricionales, especialmente PNAs y proteínas antigénicas, al reducir el nivel de inclusión de torta de soya.
  7. Se debe optimizar la inclusión de las fuentes de proteína de origen vegetal en la dieta balanceada para aves, especialmente torta de soya, que debe ser reducida a un nivel aceptabl e complementando con una fuente de proteína de origen animal de alta calidad especialmente en las etapas pre iniciales.
  8. La inclusión de una fuente de proteína de origen animal de calidad en la dieta, debe demostrar una alta eficiencia económica, cuantificado con un ROI aceptable a nivel de la granja comercial.
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